Desde mi Rincón

Decíamos ayer...

La Naturaleza solo necesita un poco de amor, una pizca de atención. La verdad es que se conforma con bien poco para lo mucho que nos aporta y lo mal que la tratamos. Me hierve la sangre cada verano cuando escucho la de incendios, negligentes o provocados, que se ensañan con ella poniendo en peligro vidas, ilusiones, matando aquello que tanto bien nos hace. Hay cosas, demasiadas, que soy incapaz de comprender, no entiendo tanta inconsciencia, tanto cerebro podrido, tanta maldad. Ni entiendo ni quiero entender.

Aquí la sequía es galopante, apenas llovió en todo el otoño-invierno pasado, nada en primavera y hemos tenido una sola tormenta de verano en septiembre que ha sabido a agua bendita. Pero incendios... todos los veranos. El más reciente y grave el del término municipal de Artana (Castellón) en julio, donde se estima que han ardido unas 1600 hectáreas forestales, 700 de ellas dentro del parque natural de la Sierra de Espadán. 

Así de ahumado se veía el cielo en pleno día desde mi rincón.

Y no se puede decir que esté cerca del foco.

Al parecer el incendio se originó cercano a una granja a causa de una quema incontrolada de rastrojos y el fuego tardó varios días en estabilizarse debido a la orografía abrupta y unas condiciones climáticas adversas.

Me gusta la belleza, que cada cual la entienda como quiera; lo que para unos es bonito para otros puede resultar un horror. En lo que coincidiremos, supongo, es en la belleza de la Naturaleza, en lo generosa que se muestra a poco que le hagamos un guiño. 

He querido traeros algunas de las fotos que he hecho este verano en el que he intentado sacarle una sonrisa a la tierra. Creo que en alguna ocasión lo he conseguido. 

Alguna de mis plantas 

Hojas y árboles

Flores

Color

Y de la tierra al cielo...

Amaneceres

Atardeceres: con sol y nublado

Las dos fotos de la playa Ben Afeli (Almassora-Castellón) tomadas en una tarde que presagiaba lluvia a jarras y sólo nos dejó un vaso de agua, representan muy bien el final del verano, aunque septiembre se rebele.

Y también DESDE MI RINCÓN 2 EN PRIMAVERA

En la próxima entrada os enseñaré algunas manualidades en las que he andado enfrascada entre foto y foto, lectura y lectura, siesta y siesta. 

Aprendo de quienes las hacéis y me encanta, aunque también voy a mi aire, siempre fui un poco díscola.

Gracias de antemano por vuestra visita, espero que quede alguien por ahí que no me haya olvidado. 

Esta primera entrada después de meses de ausencia está dedicada a una persona especial para mi que está pasando por un duro trago. 

Mi niña, sé que no hay consuelo ahora, pero lo encontrarás a su debido tiempo. Hay huecos que nunca se volverán a llenar, momentos que no se compartirán y no queda otra que aceptarlo. Llega un día en que la vida nos hace (o hará) beber un veneno para el que nunca se está preparado. Ese veneno no mata pero hiere en lo más profundo y deja cicatrices de por vida.  Pero somos humanos y, como humanos, siempre andamos buscando esa felicidad tan esquiva, y sin duda la encontramos en más ocasiones de las que creemos o de las que somos conscientes: justo en las personas que siguen a nuestro lado, que nos importan y a quienes importamos, en las pequeñas cosas cotidianas que nos proporcionan calma o arrancan una sonrisa. Intenta sonreír cada día, refúgiate en ellas y dale tiempo al tiempo. 
Sabes que te quiero mucho, aunque te lo diga poco.