Leyendo un libro, un día, de repente,
hallé un ejemplo de melancolía:
Un hombre que callaba y sonreía,
muriéndose de sed junto a una fuente.
Puede ser que, mirando la corriente,
su sed fuera más triste todavía;
aunque acaso aquel hombre no bebía
por no enturbiar el agua transparente.
Y no sé más. No sé si fue un castigo,
y no recuerdo su final tampoco
aunque quizás lo aprenderé contigo;
yo, enamorado, soñador loco,
que me muero de sed y no lo digo,
que estoy junto a la fuente y no la toco.
José Angel Buesa
Qué voy a decirte de la poesía, si es que me encanta, es la metáfora a mi entender de desear y querer tanto algo que para no romper ese hechizo pasamos sin tocarlo... Hemoso!!!!
ResponderEliminarComo me gusta que nos compartas cosas del baúl.
Creo que es buen ejemplo de amor platónico. Que no se estropee, que se mantenga intacta la ilusión, los sueños, las esperanzas, vivir de contemplar e imaginar.
EliminarA mi es que la poesía de este hombre me encanta.
Pues me alegro mucho que te guste F.
Un beso